NO MIRES MI AUSENCIA, SINO LO CERCANO QUE ESTOY DE TI

Ayer me dirigía hacia una tienda de informática para recoger un encargo que había hecho. Me sentía bien, relajada, ya más equilibrada gracias a un intenso trabajo de limpieza que he hecho con meditaciones. Como ya comenté, mi energía estaba muy baja y me faltaban fuerzas tanto físicas como anímicas.

Iba caminando y los guías me iban diciendo que valorase esos pequeños momentos hechos del AHORA. Me decían que mirase el cielo, que respirase el aire, que valorase que ahora podía caminar bien (cuando estuve tan enferma, no podía apenas andar). En fin, iba yo saboreando la vida, el instante de las cosas. Pensaba en mi alma gemela, en cuánto le echaba de menos, en cuánto hace ya que no lo veo ni sé nada de él a nivel humano. Pensaba en su ausencia humana. Pensaba en las ironías de la vida, ya que, teniendo dos personas que me aman tanto, en este mismo momento no estoy con ninguna de las dos. Iba con ese pensamiento, con cierta tristeza, pero a la vez sintiéndome serena y aceptando la situación.

Llegué a la tienda. Justo antes de entrar, los guías me avisaron que pasara lo que pasara, que no me enfadara. Me hizo gracia la advertencia, ya que había tenido que ir varias veces a esa tienda, y siempre había salido con malhumor por la poca profesionalidad de su dueño.

Entré, me atendieron, y justo como habían predicho los guías, hubo un pequeño problema. Hice un esfuerzo por controlarme y no dejar salir mi enfado. Estaba en ello, a la vez que pagando la cuenta, cuando el dependiente me colocó lo que había comprado en una bolsa. Cuando cogí la bolsa ya para marcharme de la tienda, casi me caigo del susto.

Estoy acostumbrada a recibir señales de lo más variopintas en la televisión, en mensajes publicitarios, en películas, en libros... pero lo que vi en ese momento, me dejó de piedra. En la bolsa aparecía una frase que decía: "No mires mi ausencia, sino lo cercano que estoy de ti".

Salí de la tienda riéndome y casi sin dar crédito a lo que estaba viendo. Miraba una y otra vez la frase, pensando que tal vez en unos segundos las letras iban a moverse y la frase iba a cambiar. ¡No era posible que mi alma gemela me mandase un mensaje tan directo!

Pero SÍ, sí es posible. Es una de las señales más fuertes que he recibido así de forma casual. El mensaje va totalmente dirigido a mí por mi alma gemela. Él sabe, su Ser, su etérico, y tal vez su humano, saben cuánto me duele su ausencia humana, pero a la vez saben que le siento cerca de mí cuando él se manifiesta en mi casa a través de su etérico o cuando su Ser me hace sentir su energía acompañándome.

Ha pasado un día de eso, pero todavía sigo sorprendida por lo sucedido.

Aquí os adjunto una fotografía de la bolsa. Nunca una bolsa dio tanto de sí ...

Aura

23-2-11